¿Qué tiene esto del surfing?
Es una pregunta muy difícil de responder. Podemos ir al típico eslogan publicitario de la típica marca de surf, a la que la queda poco de surfing y mucho de posturing, «Only a surfer knows the feeling». Queda muy empalagoso, pero es muy cierto.
Si no eres surfer, no puedo explicarte cómo me siento ahí adentro. Si no eres surfer, no puedo explicarte qué pasa por mi cabeza cuando desde lo alto de una ola, un poco más grande de lo que suelo surfear habitualmente, en el preciso instante antes de ponerme de pie y bajar con todo. Si no eres surfer, es difícil que entiendas que para mí el instante antes de ver el mar es igual al instante antes de ver los regalos de los Reyes Magos a los cinco años.
Todo esto me ha pasado este fin de semana. He vuelto a surfear en mi sitio. He vuelto a surfear una ola más grande de lo normal para mí. He vuelto a ver en mi cabeza el recuerdo de cuando tenía 12 o 13 años y me metía en estas mismas olas con un body board con placa, unas aletas de bucear malas y la camiseta de la carrera del PRYCA y bajaba esas olas sin miedo ni consciencia.
Todo esto es para mí el surfing.
La maquinaria del marketing empresarial ha dado en el clavo, aunque no me guste. «Only a surfer knows the feeling».
Paz Gente.
29 Da Lion 